Studio Ghibli

La estrecha relación que existe entre el manga y el anime es, hoy por hoy, indudable, así como el gran desarrollo de la animación japonesa en los últimos 50 años. Así, surgen figuras como la de Osamu Tezuka, mangaka autor de La leyenda de Son Goku, que diseñó y estudió diferentes modelos para alcanzar una narración coherente dentro del lenguaje cinematográfico del anime.

Una industria claramente peculiar en contraposición con las producciones occidentales como, por ejemplo, las de la industria americana Disney. Se han comparado las producciones de Miyazaki con el cine del estudio Disney en multitud de ocasiones, sin embargo, el tratamiento de las protagonistas femeninas que realiza el director japonés dista mucho del de las Princesas Disney, así como la exquisita atención a todos los detalles.

Nacimiento del Studio Ghibli

Pero ambos directores soñaban con hacer otro tipo de producciones, historias para toda la familia. Y así nacen los estudios Ghibli en 1985. El nombre Ghibli proviene de los aviones de exploración que el ejército italiano usaba en el desierto del Sahara durante la Segunda Guerra Mundial.

Si bien es cierto que algunos de los filmes más representativos del estudio no pueden considerarse apropiados para el público infantil, el propio Miyazaki expresaba su deseo de crear obras en las que pudieran verse reflejados en personajes que se superaban a sí mismos, enfrentándose a sus problemas y a su destino.

Mientras que en los estudios de animación internacionales se trabajaba con medios digitales, las creaciones de Studio Ghibli eran realizadas según el modelo tradicional, dibujando sobre el papel la mayor parte de la película. Este sistema, además de muy laborioso, es tremendamente caro, pero de una gran belleza. Esta característica será un continuo en prácticamente toda su producción, hasta que Goro Miyazaki, hijo del fundador, se rinde a la animación 3D con la película “La colina de las amapolas” (2011) y con la reciente “Earwig y la bruja” (2020).

En total, Studio Ghibli como tal ha producido 22 filmes para la gran pantalla y, en la actualidad, está trabajando en un nuevo largometraje, “¿Cómo vives?”, con estreno previsto para 2023. Además de toda esta filmografía adaptada al formato grande, pueden contabilizarse una gran cantidad de cortos, anuncios de televisión y pequeñas producciones la mayoría de las cuales se pueden visionar exclusivamente en el Museo Ghibli, del que acaban de cumplirse 20 años, como, por ejemplo, “Boro, the caterpiller” (2018) o “Mei y el Gatitobús” (2002), secuela de “Mi vecino Totoro”. Fruto de la colaboración de varias productoras francesas y Studio Ghibli es la película muda “La tortuga roja” (2016), del animador Michael Dudok de Wit, ganador del Óscar al cortometraje “Father and Daughter” (2000).

La calidad de sus obras le hizo merecedor del Óscar de la Academia por “El Viaje de Chihiro” (2001) a la mejor película de animación, así como el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín en 2002.

Elementos relevantes en la filmografía Ghibli

En prácticamente todas las producciones, pero especialmente en la obra de Miyazaki, podemos encontrar una serie de características que se repiten:

– el amor a la naturaleza, haciéndose eco de su preocupación por la ecología con unas interpretaciones paisajísticas fuera de lo común, paisajes de espectacular belleza que ayudan a expresar las emociones y, así, contar la historia. Encontramos claros ejemplos en obras como «Nausicaä del Valle del viento» o «El viento se levanta«;

– argumentos basados en las influencias de la literatura japonesa y europea, donde saben combinar a la perfección personajes reales con seres fantásticos, animales que hablan y otros seres de la mitología o de leyendas. Por ejemplo, la isla de Laputa de “El Castillo en el cielo” está claramente inspirada en la obra de Johnatan Switf, «El viaje de Chihiro» tiene algunos rasgos argumentales de Alicia en el País de las Maravillas o el gigantesco espíritu Totoro está basado en una leyenda japonesa;

– su pasión por la aviación. El padre y el tío de Miyazaki dirigían un negocio en el que se creaban timones para los aviones de guerra Zero Figther empleados por el ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial y el director no dejará de introducir algún elemento en sus películas, el ejemplo más claro lo encontramos en “Porco Rosso”;

– el papel de la mujer es muy importante en cualquiera de sus obras. Personajes marcados por una fuerte personalidad, jóvenes o ancianas, pero de gran coraje para enfrentarse a sus propios miedos y conseguir lo que anhelan con todo su corazón. Miyazaki creará un prototipo de personaje femenino bien distinto al de la sociedad japonesa de la época, como por ejemplo en “Porco Rosso” (1992) o en “El Castillo ambulante” (2004).

Colección Ghibli

Para conocer la obra del Studio Ghibli, hemos agrupado en los siguientes apartados obras relativas a la productora y especialmente a uno de sus fundadores, Hayao Miyazaki, así como la filmografía que podréis encontrar en el catálogo de las Bibliotecas UPV. Además, una selección de estudios relativos al manga y al anime para profundizar en las técnicas de la animación japonesa.